Un nuevo estudio realizado sobre las economías regionales advierte que el sector atraviesa una "aguda crisis" y que su situación se deterioró en los últimos años derivando en problemas que, en algunas áreas específicas, llegaron hasta el abandono de sectores de cultivo, el cierre de fábricas y la caída del 10% de sus exportaciones durante el 2017.
La
investigación, que fue realizada por la Universidad Nacional de
Avellaneda, alerta acerca de "problemas crónicos" que jaquean al sector
plasmándose en una conflictividad social creciente. Asimismo, se destaca
que estas dificultades no se debieron, en su mayoría, a condiciones
climáticas adversas sino que están relacionadas con la desregulación del
área.
En este sentido, también influye el aumento de tarifas,
que afecta la competitividad de la producción, dejando a los empresarios
en una grave situación, muchos de los cuales mantienen niveles de
endeudamiento considerables, debido a las inversiones pasadas.
Uno de los sectores más perjudicados es el frutihortícola, que
sufrió la caída de los precios de los bienes primarios, situación que
afectó considerablemente la producción en el alto valle rionegrino, en
Neuquén y Mendoza. Las exportaciones de las frutas producidas allí
tuvieron un gran retroceso en estos dos años.
En el caso de las
peras, por ejemplo, pasó de exportarse 332 mil toneladas en 2015 a 268
mil en 2017, lo que implica una caída progresiva del 20% en dos años,
mientras que las exportaciones de manzanas pasaron de 105 mil a 72 mil
toneladas en el mismo plazo. Es decir, una baja de más del 30%.
Otra de los sectores claves es el vitivinícola,
que tiene su centro en la región cuyana. La caída en los ingresos
reales, sumado a la tendencia en los hábitos de consumo donde la cerveza
gana terreno frente al vino, tuvo como consecuencia una merma en el
consumo y su correlato en la producción.
Sin embargo, esto no
pudo ser compensado por el frente externo, dado que la paulatina
apreciación cambiaria y la fuerte alza en los costos logísticos,
impulsado por el alza en los combustibles han colaborado a la pérdida de
competitividad en el sector, llegando al punto del crecimiento de las
importaciones de vino.
La producción total de uvas a nivel
nacional ha mostrado una leve alza en 2017. Esto se debe a que en 2016
se ha producido la peor cosecha en 56 años, de modo que Argentina pasó
del 5to al 9no lugar en los mayores productores de vino.
Por
último, la investigación alerta sobre el "complejo panorama" del sector
lechero, directamente influido por la erosión que experimentó el poder
de compra de los ingresos de una buena parte de la población durante
estos dos últimos años.
Las estadísticas del Ministerio de
Agricultura también dan cuenta de un claro cambio en la tendencia en la
serie. Luego de que la producción de leche crezca 2,8% en 2015, se
produjeron dos caídas consecutivas en 2016 y 2017.
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