La ley, que estaba prevista para entrar en vigor a principios de 2025, ha sido pospuesta hasta 2026, generando críticas por parte de organizaciones ambientalista.-
La Comisión Europea ha anunciado un aplazamiento de un año en la implementación de la normativa que exige a las empresas comercializar productos libres de deforestación en el mercado comunitario. La ley, que estaba prevista para entrar en vigor a principios de 2025, ha sido pospuesta hasta 2026, generando críticas por parte de organizaciones ambientalistas que consideran esta medida como un retroceso en la lucha contra la degradación ambiental global.
La normativa, aprobada en 2023, pretende garantizar que productos como soja, aceite de palma, cacao y madera, entre otros, no provengan de áreas deforestadas. Esto incluye tanto la deforestación legal como la ilegal, y forma parte del compromiso de la Unión Europea de reducir su huella ambiental en terceros países.
Motivos del aplazamiento
La Comisión Europea justificó la decisión alegando la necesidad de dar más tiempo a los países miembros y a las empresas para adaptarse a los complejos requisitos de rastreo y certificación de los productos. "Entendemos la urgencia del problema, pero también reconocemos los desafíos logísticos que enfrentan muchas empresas, especialmente las pequeñas y medianas", declaró un portavoz del organismo.
Sin embargo, grupos ecologistas han expresado su decepción, calificando la postergación como una concesión a los intereses de las grandes corporaciones. "Este retraso no solo significa un año más de deforestación, sino que envía una señal preocupante sobre el compromiso real de la UE con la sostenibilidad", señaló la organización Greenpeace en un comunicado.
Impacto en los mercados y el medio ambiente
El retraso también ha generado preocupación en los mercados internacionales, especialmente entre los países productores de materias primas que ya habían comenzado a implementar medidas para cumplir con la normativa. Brasil, uno de los mayores exportadores de soja y madera a Europa, expresó su malestar por el cambio de fecha, argumentando que la incertidumbre afecta la planificación y las inversiones.
La deforestación es uno de los principales impulsores del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Según la FAO, cada año se pierden 10 millones de hectáreas de bosques a nivel mundial, siendo la producción agrícola una de las causas más significativas. En este contexto, la ley europea es vista como una herramienta clave para frenar la destrucción de ecosistemas vitales.
A pesar de la demora, la UE insiste en que la normativa sigue siendo una prioridad y que su implementación efectiva contribuirá significativamente a los esfuerzos globales para proteger los bosques.
Mirada al futuro
Con el aplazamiento, se espera que las empresas utilicen este tiempo adicional para ajustar sus cadenas de suministro y cumplir con los requisitos de trazabilidad. No obstante, la pregunta persiste: ¿será suficiente para compensar los daños ambientales que ocurrirán durante este período de gracia?
El reloj sigue corriendo, tanto para las empresas como para los bosques del mundo.