domingo, 31 de diciembre de 2017

Por qué el complejo sojero perdió más de u$s 2.500 millones durante 2017?

La cifra responde a la comparación sobre lo recaudado el año anterior. Menos exportación en casi todos rubros.


El complejo sojero argentino, con epicentro en nuestra región, atravesó un 2017 muy complicado.
Es que tuvo mermas en todos los subproductos que exportó, respecto a 2016, y ellos fueron porotos, harina, aceite y biodiésel.
Los porotos tuvieron una disminución interanual del 17% en los primeros 10 meses del año, hasta llegar a 2.635 millones de dólares exportados entre enero y octubre. Y una caída interanual similar tuvo la harina de soja, que cayó un 14,5%, al bajar a 7.125 millones de dólares.
Si bien la baja fue menor con el aceite de soja, igual cayó con 1,15% en los valores exportados, hasta alcanzar los 3.189 millones de dólares durante los primeros diez meses del año.
Y respecto al biodiésel, lo que parecía iniciarse como un gran año acabó de la peor manera con el cierre del mercado norteamericano. En este caso, la caída en volumen fue del 4,1%.
Los números indican la última estadística registrada y data del pasado 31 de octubre. lejos de nivelar con los dos últimos meses del año (noviembre y diciembre) es probable que los registros no hagan más que ahondar aún más esta delicada situación.
¿Y por qué ocurrió todo esto?
Las respuestas están centradas en distintos aspectos, externos como internos, pero en general se manifiestan en torno a políticas proteccionistas que los países compradores imponen de fronteras para adentro. Tal es el caso de EEUU con el biodiesel, o el de China, que sigue sin comprar una gota de aceite de soja desde hace tres años. O también el de India, principal país adquirente de nuestros productos, que acaba de imponer también una barrera arancelaria.
Y a ello debe sumarse una caída en los precios internacionales de la soja. Y como el complejo agroexportador de Puerto San Martín, San Lorenzo y Timbúes es netamente sojero, allí está la explicación.
Entre las causas internas debe apuntarse a la inestabilidad económica que aún no permite a los productores desprenderse en su totalidad de los granos almacenados (a la espera de mejores cotizaciones y/o del alza del dólar) que deriva en que las empresas, en muchas ocasiones, deban salir en busca de stock que se paga por encima de los valores comerciales normales, por ejemplo.
Este contexto, más allá de las expectativas del sector industrial a mejorar en 2018, podría repetirse y/o agudizarse en 2018. Es que no hay nada visible que permita vislumbrar una recuperación de mercados o incrementar el volumen productivo. Todos los empresarios y asociaciones y cámaras que los representan coinciden en señalar la existencia de una alta capacidad ociosa en el complejo que, por el momento, no derivó en repercusión alguna sobre el plantel de trabajadores.
Es más, un o de sus referentes, Luis Zubizarreta dijo, días atrás, que ni se piensa en achicar el plantel operario en las terminales de biodiesel, dedicadas a su exportación, llevando así una señal de tranquilidad para sus empleados y los sectores gremiales.
Igual, el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo libra una batalla sin cuartel para que este año, como en los últimos anteriores, el empresariado le abone un premio de fin de año que, esta vez, los industriales se niegan a abonar por las razones aquí aludidas y porque, sostienen, el porcentaje de aumento salarial en las última paritarias superó con creces la emdia inflacionario, y con ello, queda absorbido la citada gratificación.

No hay comentarios.: