La novedad, presentada por el Instituto de Ingeniería Rural del INTA Castelar, se trata del robot Trakür, que significa "niebla" en lengua mapuche.
Es un prototipo desarrollado para el control de plagas en cultivos en invernaderos que protege la salud de los operarios reduciendo la exposición humana a los agroquímicos, explicó Gerardo Masiá uno de sus diseñadores.
En los invernaderos existe un ambiente controlado y las aplicaciones requieren dispositivos de bajo costo que permitan su rápida difusión y adopción.
“Esta tecnología está destinada a proteger la salud del operario mediante la reducción de su exposición a las aplicaciones en espacios confinados”, expresó Masiá, del Laboratorio de protección de cultivos y control ambiental de Castelar.
El invernadero es un ámbito cerrado en el que las condiciones se mantienen casi inalterables durante el día: las temperaturas son elevadas, la humedad es alta y no se registra circulación de aire, situación que lo transforma en potencialmente dañino para la salud.
"Esto expone al operador durante períodos prolongados a los plaguicidas, por eso pensamos en un robot”, señaló Masiá.
Asimismo, el investigador aseguró que con Trakür se respeta al máximo las buenas prácticas en invernaderos en cuanto al modo de distribución de los productos, la velocidad a la que se hace y las dosis exactas que se requieran en cada caso en particular.
Andrés Moltoni, del Laboratorio de electrónica, detalló cómo es el robot: consiste en un vehículo autónomo, robusto, económico, que se traslada a través de un sistema filo-guiado –o riel virtual.
Se alimenta con una batería de 12V que le permite desplazarse a velocidades que van desde 1,4 a 4,2 kilómetros por hora; y posee una autonomía superior a 8 horas, así como una cámara para el seguimiento remoto de la unidad.
Fuente + foto INTA.
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