Por Miguel Saredi Para LA NACION.
Los miles de ciudadanos porteños, o de todo el país, por la gran cantidad de jóvenes estudiantes de Agrarias, de Veterinaria, o de familias enteras con parientes y hermanos en los piquetes del interior que marcharon sobre la Plaza de Mayo me devolvieron la Esperanza. Esperanza de poner fin a la pelea de Unitarios y Federales, de porteños y provincianos, a las eternas divisiones de la sociedad argentina, y a la eterna dicotomía argentina entre campo y ciudad. El clima de alegría, de concordia, de familia, y de futuro con cientos de banderas argentinas, que se vivía en esa Plaza, se quebró con la llegada de los mercenarios "profetas del odio" y decenas de banderas rojas y negras. Así la Argentina del pasado y del dolor, la Argentina del enfrentamiento y del resentimiento, de la destrucción y el clientelismo ocupó la Plaza con sus palos y caras tapadas a la Argentina de la mirada franca y la frente ancha. Yo también formo parte de esa Argentina del pasado por edad, militancia política y seguramente, aunque me esfuerce por contenerlos, por rencores y revanchas postergadas, y me hago cargo de la necesidad de nuestro rol que debe ser potenciar nuevas camadas de dirigentes jóvenes, ocupar un lugar de constructor de cuadros políticos y ciudadanos comprometidos con el bien común.
Allí, reunido con jóvenes porteños y del interior muchos del Grupo Pampa Sur y otros independientes, del Pro y de la Coalición Cívica, muchos con familia y origen peronista, hicimos un cuadro de situación de la necesidad de encauzar la rebelión y difundir la necesidad de que: -Las protestas deben ser locales, municipales y territoriales. Lo debemos hacer localidad por localidad. -Se debe confiar en los líderes naturales locales que garanticen por su pasado y su presente el conocimiento de la familia agropecuaria local. La estructura piramidal debe basarse en la confianza de la gente de campo, en sus referentes locales, así pertenezcan a entidades gremiales o auto convocados. -Se debe confiar en los nuevos sistemas de comunicación y logísticos como mensajes de texto e emails. -Se debe extender la protesta no sólo a los propietarios y trabajadores rurales y de la cadena productiva, sino también a los que indirectamente están ligados al futuro de nuestro campo: empleados municipales que ganan su sueldo por los aportes del campo, torneros, herreros, mecánicos, electricistas, carpinteros, empleados bancarios de cada sucursal del interior, etc., pues su permanencia depende del dinero y el servicio que proviene del campo -Finalmente, en esa improvisada Asamblea de Plaza de Mayo, nuestros jóvenes argentinos expresaron mayoritariamente que las medidas como el paro, el desabastecimiento y los piquetes deben ser transitorios para ser efectivos. Se debe incentivar las movilizaciones cortas, pues nuestra gente debe trabajar ya que no vive de prebendas oficiales. Y, llegado el caso, promover una medida que afecte a quienes no cumplen con su rol de representantes del Pueblo: la Rebelión Fiscal.
( link: http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/elcampo/nota.asp?nota_id=999437 )
El autor es presidente del Grupo Pampa Sur.
lunes, 31 de marzo de 2008
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