lunes, 27 de octubre de 2025

SanCor: De Un Colapso Inminente Al Rescate Estratégico

SanCor enfrenta una de las crisis más profundas de su historia. Entre deudas millonarias, conflictos sindicales y planes fallidos de rescate, la cooperativa busca una reestructuración que le permita volver a ser referente del sector lácteo argentino.

SanCor de un colapso inminente al rescate estratégico

La emblemática cooperativa láctea argentina SanCor, fundada en 1938 en Sunchales (Santa Fe), fue durante décadas un modelo de integración para pequeños y medianos productores del sector lácteo, abasteciendo tanto el mercado interno como externo. Desde 2017, sin embargo, comenzó a mostrar señales de graves dificultades económicas, con caída de producción y acumulación de pasivos. Para el año 2024 el escenario era crítico, y en 2025 la empresa seguía sin hallar el rumbo.

El pasivo y el rol sindical

A comienzos de 2025, SanCor solicitó el concurso preventivo de acreedores con una deuda estimada entre US$ 250 y 400 millones, que incluye obligaciones fiscales, laborales y comerciales. En febrero, los asociados aprobaron la presentación del concurso con el objetivo de reestructurar deuda y encontrar vías de solución. No obstante, la cooperativa enfrenta también dos pedidos de quiebra: uno de ex empleados que aceptaron retiros voluntarios y otro promovido por el sindicato ATILRA.

Operativamente, la caída es también significativa: la producción diaria se redujo de millones de litros a alrededor de 50.000 litros diarios, los productos prácticamente desaparecieron de las góndolas y la plantilla laboral cayó de aproximadamente 1.350 a 850 empleados, como resultado de despidos, jubilaciones y retiros voluntarios.

Los intentos de rescate mediante fideicomisos y las claves para la reingeniería

En 2022 se intentó un fideicomiso privado denominado “SanCor Capital” con una meta de US$ 60 millones, que fracasó por conflictos de poder, deficiencias de diseño técnico y falta de materialización del financiamiento. En 2023 se lanzó un nuevo fideicomiso financiero “SanCor Láctea” para emitir Valores Representativos de Deuda (VRD), pero también fracasó: la Comisión Nacional de Valores (CNV) detectó subestimaciones de la deuda real, discrepancias contables y sindicales, y una proyección laboral que implicaba despidos forzados.

Según analistas, para que un fideicomiso funcione como herramienta de reestructuración sostenible debe cumplir varios requisitos: diagnóstico realista y transparente del pasivo; plan de negocios con equipo gestor idóneo; alineación de incentivos entre inversores, cooperativa y acreedores; estructura de cesión de flujos robusta; negociación sindical adecuada y supervisión institucional. En el caso de SanCor, esta estructura aún no se logró articular.

SanCor se encuentra en una encrucijada terminal: si no logra presentar un plan viable y ampliamente consensuado, corre riesgo de liquidación forzada. Su recuperación dependerá de un trabajo sinérgico y profesional, que asuma que no hay “magia financiera” que reemplace la gestión real de producción, estructura, coste, equipo y acuerdos. Para la cadena láctea argentina, la suerte de SanCor —símbolo cooperativo del sector— adquiere una relevancia estratégica: su éxito o fracaso pueden marcar precedentes en el camino de reconversión de la industria.


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