Las principales Bolsas de Cereales y de Comercio del país alertaron sobre el desabastecimiento, el alza de los combustibles y su impacto sobre el campo.
La escasez se da en pleno inicio de la cosecha gruesa, con la soja y el maíz como cultivos clave.
En pleno comienzo de la campaña de cosecha de soja y maíz los productores agropecuarios de distintas regiones productivas del país continúan reportando la falta de gasoil en varias provincias, insumo vital para garantizar la logística de la recolección de granos gruesos, cuyo precio aumentó debido al conflicto entre Rusia y Ucrania. La problemática podría complicarse aún más con el correr de las semanas.
En ese sentido, las principales entidades bursátiles del campo emitieron un comunicado al respecto donde alertaron que el desabastecimiento y la suba en los costos de los combustibles podrían agravarse según la evolución del conflicto en el Mar Negro que, ante la posibilidad de extenderse en el tiempo, provocaría un desabastecimiento de energía a nivel mundial y una posible puja entre los diversos países importadores.
“El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha generado efectos disruptivos en los mercados energéticos -especialmente gas y petróleo- y de insumos agrícolas. La significativa suba de precios internacionales plantea desafíos a los países importadores netos como la Argentina. Los aumentos en estos productos ya han impactado en precios de fertilizantes y se prevé que lo hagan a lo largo de este año también en los combustibles”, explica el documento firmado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Bahía Blanca, Córdoba, Entre Ríos y las Bolsas de Comercio de Chaco, de Rosario y de Santa Fe.
En este sentido, las bolsas de cereales y de comercio propusieron a las autoridades nacionales establecer por norma que, más allá del corte obligatorio vigente del 5%, las empresas mezcladoras podrán usar biodiesel hasta un máximo del 20%, y remarcaron que nuestro país cuenta con disponibilidad de materia prima y capacidad de producción de biodiesel para sustituir más de 1 millón de toneladas de importaciones de gasoil, con un producto 100% de fabricación nacional.
“Este adicional deberá ser consecuencia de mercado libre de oferta y demanda en la que podrán participar todas las empresas productoras de biodiesel registradas en Argentina, de manera de asegurar el abastecimiento en las mejores condiciones posibles de calidad y precio para el consumidor”, indicaron.
En tanto, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las entidades de la mesa de enlace, publicó este jueves un comunicado donde alertó que el cierre temporario de la Declaración Jurada de Ventas al Exterior de harinas y aceites de soja, vigente del 13 de marzo al 21 de marzo pasado, representó un costo de oportunidad estimado en por lo menos 10,4 millones de dólares, si se considera la caída de los precios FOB de la harina y el aceite de soja entre que el oficialismo implementó la medida y el momento en el que se habilitó nuevamente el registro de exportaciones.
“La intervención de los mercados de exportación sólo genera menos divisas”, sostuvieron desde CRA, y detallaron que la estimación considera, para el aceite de soja, que durante marzo usualmente se registran DJVE por el 4,3% del volumen que se exportará en la campaña.
“No obstante, al momento del cierre del registro de exportaciones sólo se habían declarado 125.000 toneladas, lo que equivale al 2,3% del volumen proyectado a exportar en la campaña. Por lo tanto, tomando como referencia esta media histórica, 102.318 toneladas habrían sido declaradas de no haber existido la restricción”, explicaron desde la entidad que conduce Jorge Chemes.
En tanto agregaron que, entre el 14 y el 21 de marzo, fecha en la que se reabre el registro de exportaciones, los precios del aceite de soja cayeron de US$1760 por tonelada a US$ 1675 por tonelada y que la Argentina podría haber ganado US$ 8,7 millones, de acuerdo al análisis realizado por Ernesto O’Connor, responsable del Departamento Económico de la entidad.
En cuanto a la harina de soja, en marzo se registraron en promedio DJVE por 4,26% del volumen total a exportar en la campaña, pero al momento del cierre sólo se llevaba declarado 3,9% del volumen proyectado a exportar en el ciclo.
“Esto quiere decir que, en base a los datos históricos, alrededor de 87.800 toneladas se hubiesen declarado de no haber habido limitaciones a las exportaciones. Durante los días que estuvo cerrado el registro de exportaciones, los precios FOB de la harina de soja cayeron de US$567 por tonelada a US$547 por tonelada, por lo que el costo por no haber podido realizar ventas externas de harina ascendería a 1,75 millones de dólares.
Por último, indicaron que los cálculos se realizaron en base a promedios históricos, que no siempre se repiten, y al hecho de que los precios cayeron en el período en análisis. “La creciente intervención en los mercados, bajo diversas formas, genera distorsiones e ineficiencias”, concluyeron desde CRA.
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