lunes, 12 de julio de 2021

Carnes: cayó la faena de hembras y aseguran que es por falta de 'mercado'.

En junio hubo una caída del 5% interanual en la categoría, pero desde el Rosgan se lo atribuyeron a la imposibilidad de los productores para vender vacas.

A la espera de que se resuelvan las trabas que impuso el Gobierno en mayo, desde la cadena de las carnes advirtieron por los motivos que habrían hecho caer la faena de hembras en el país. Sostuvieron que este tipo de animal mermó su paso por los frigoríficos hasta marcar un 42,1%, lo que muestra una merma interanual del 5%, y vinculan esa tendencia a que los productores no disponen de mercados para ubicar vacas.

“Según los datos preliminares informados por el RUCA (Registro Único de Comercialización Agropecuaria) durante el mes de junio fueron faenadas 1,07 millones de cabezas de vacunos, un 9% más que en mayo, pero 12% menos que lo registrado en junio de 2020. La participación de hembras fue de 42,1%, cinco puntos menos que en junio pasado, claramente limitada por una menor integración de vacas en la faena total”, expresaron desde el Mercado Ganadero de Rosario (Rosgan).

El informe, elaborado por la analista ganadera María Julia Aiassa, reflejó que la faena de junio fue de 1.066.710 animales en total. Una cifra que muestra un crecimiento del 9,2% en relación a mayo pasado. Y mayo, particularmente, mostraba a su vez el reflejo de las trabas a la exportación de carne y la medida de fuerza que había implementado la Mesa de Enlace. Sin embargo los números de junio fueron menores a los de junio del año pasado, al menos en un 12%.

En ese marco, la participación de hembras, que ya venía cayendo en los últimos meses desde el último máximo de casi 50 puntos marcado en mayo de 2020, en junio se redujo a tan solo un 42,1%. “Casi cuatro puntos menos en relación al mes previo (45,9%) y cinco menos que en junio pasado (47,1%)”, reflejaron desde Rosgan.

“Algo que en otro entorno podría atribuirse a una decisión de retener vientres, hoy no deja de estar sesgado por la imposibilidad de vender esa vaca cuyo principal destino era la exportación”, remarcó.

Y agregó: “Si consideramos que estacionalmente nos encontramos en los meses de mayor salida de este tipo de hacienda, tanto por rechazo como por necesidad de aliviar los campos ante la falta de pasto que ofrece el invierno, en este año agravado por la seca no resulta lógica una caída tan abrupta en tan solo dos meses, más allá de la tendencia que pueda estar acompañando este comportamiento”, precisó Aiassa.

Y ahí es donde se enfoca la crítica en la medida oficial de cerrar las exportaciones de carne, en su totalidad, con el efecto que refleja en la comercialización de vacas. “El abrupto cepo ha golpeado de lleno a esta categoría en su momento más crítico del año”, remarcó.

Qué pasaría si se vuelve a reabrir la exportación?

Desde Rosgan señalaron que lo que viven los productores ganaderos que hoy en día no pueden salir a vender sus vacas a la industria, y que la dejan en sus campos, es una “postergación de venta”. Y que los efectos en la inmediatez, al momento de producirse una reapertura, distarían mucho de ser beneficiosos para el productor.

“Al postergar de manera obligada una venta no se puede esperar otra cosa que un aluvión de oferta una vez liberadas las restricciones. Si en un escenario hipotético de extremo sumáramos a los volúmenes de faena de julio del año pasado (225.000 vacas) toda la faena postergada de los últimos 60 días, la oferta de este mes podría alcanzar unas 385.000 vacas, más del doble de lo faenado durante junio, algo que indefectiblemente terminaría impactando en nuevas bajas de precio”, explicó Aiassa.

Se trataría de un escenario evitable?

Eso, aseguran en Rosgan, dependerá por un lado de la capacidad de retención del productor, ya muy golpeado financieramente, y por el otro de la conducta de la industria ante este eventual cambio de escenario.

“Lo que claramente las autoridades deben aprender de esta experiencia es que ningún cambio de ciclo ganadero se inicia de manera forzada. Lo que hemos visto no es más que una postergación de ventas cuya vuelta a la normalidad muy probablemente termine generando nuevos costos para el productor”, concluyeron.

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