jueves, 13 de noviembre de 2025

Quebró una histórica empresa láctea y dejó un tendal de desempleados

El Juzgado en lo Civil y Comercial N° 1 de Mercedes decretó la quiebra y liquidación de Lácteos Conosur S.A., responsable de la producción de la tradicional marca La Suipachense, fundada hace más de siete décadas. La medida afecta a 143 empleados, luego de varios meses de inactividad y falta de pago de salarios.

La Suipachense llevaba más de 75 años en el país.

La resolución judicial establece que el empresario venezolano Jorge Luis Borges León, titular de la compañía, queda inhabilitado para disponer de los bienes y fondos de la firma, y deberá contar con autorización judicial para salir del país mientras se investigan presuntas irregularidades en la gestión. La Sindicatura que ya intervenía en el concurso preventivo continuará a cargo durante el proceso de quiebra.

Entre las disposiciones del fallo se ordena clausurar las instalaciones de la planta, cerrar las cuentas bancarias y embargar los saldos existentes. También se dispuso comunicar la medida al Banco Central de la República Argentina (BCRA) para su notificación a las entidades financieras. La empresa había detenido la producción en septiembre de 2025, tras el despido de nueve trabajadores y la imposibilidad de abonar los sueldos del resto del personal. Fuentes gremiales señalaron que la firma había emitido más de 300 cheques rechazados por un monto estimado en $3.000 millones, además de mantener importantes deudas con proveedores locales, como la cooperativa de energía y la estación de servicio de la ciudad.

La Suipachense representaba cerca del 3% del mercado nacional de leche y era considerada un emblema productivo en la región. Su cierre impacta directamente en la economía de Suipacha, una localidad de unos 10.000 habitantes donde la actividad lechera y agroindustrial constituye uno de los principales motores laborales.

La compañía pertenece a un grupo empresario venezolano que también controlaba Alimentos Refrigerados S.A. (ARSA), la firma radicada en Lincoln que fabricaba los postres y yogures de la marca SanCor, cuya quiebra fue decretada días antes por otro juzgado comercial.

De acuerdo con fuentes del sector, la situación de La Suipachense se agravó por la combinación de bajos precios de la leche, altos costos de producción y tasas de interés elevadas, que complicaron la operatoria financiera de la empresa.

Fundada originalmente como cooperativa de tamberos hace 78 años, la planta pasó en los años 90 a manos de capitales chilenos y luego fue adquirida en 2012 por empresarios venezolanos del grupo Maralac, que también poseían otras instalaciones en Monte Cristo (Córdoba) y Arenaza (Buenos Aires).

En Suipacha, el gremio Atilra rechazó la propuesta empresarial de reactivar la planta con la mitad del personal y mantiene una protesta frente al predio fabril, mientras se aguarda una definición sobre el futuro de las instalaciones.

El cierre de La Suipachense se suma a una serie de dificultades que atraviesa el sector lácteo nacional, con varias empresas históricas en situación crítica y una reducción sostenida en los niveles de producción.


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