Además, fue impulsor y actor esencial de la Mesa de Enlace, la representación del campo durante el conflicto por la "resolución 125" integrada por la SRA, Coninagro, Federación Agraria Argentina y Confederaciones Rurales Argentinas.

La Sociedad Rural Argentina lo despidió a través de un comunicado en redes sociales. “Con mucho dolor y profundo pesar despedimos a Luciano Miguens quien presidió nuestra entidad, además de tener una larga trayectoria institucional y en las asociaciones de criadores, mostrando un compromiso valorable con la dirigencia sectorial”, expresaron.

Falleció en su casa y estaba rodeado de familiares cercanos. Se encontraba afectado por un cáncer que resurgió en el último tiempo.

Qué fue la 125 que generó un antes y un después en la relación con el campo

El conflicto por la 125 de desató luego de que el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, anunciara la resolución que elevaba la alícuota de retenciones al sector agropecuario. Por aquellos años, los precios internacionales de las commodities (soja, girasol, maíz y trigo) eran altos y el Gobierno decidió captar parte de esa renta, con efectos redistributivos.

Esta política generó una fuerte reacción por parte de las organizaciones rurales y desató un conflicto histórico entre el Gobierno y el campo. Fue entonces que Miguens se posicionó como uno de los principales referentes de la Mesa de Enlace, el conglomerado que agrupaba a las cuatro principales entidades del sector.

El objetivo de la 125 en ese momento era establecer una fórmula que transforme el porcentaje retenido en móvil, en una relación inversa con el precio de los granos. Si el precio en Chicago caía por debajo de los 200 dólares la tonelada, la soja tendría retenciones cero. Pero con el valor en 400, ese porcentaje de impuestos pasaría al 35,75%. Y con un precio de 600, que parecía inevitable en esos meses, la tasa de retención llegaba a 49,33%. Es decir que el Gobierno se quedaría con la mitad del valor de lo producido, algo que los productores agropecuarios no estaban dispuestos a aceptar.

Finalmente, la iniciativa se envió al Congreso, que se aprobó en diputados, pero fue rechazada en el senado, con el famoso voto "no positivo" del entonces vicepresidente Julio Cobos, quien debió desempatar, algo sumamente infrecuente.