Está
finalizando una paupérrima cosecha de granos, en cantidad y calidad,
que va a dejar secuelas en todas las cadenas agroindustriales, e incluso
va a limitar los planes de la próxima campaña. En este contexto, cabría
esperar de las autoridades actitudes responsables que descompriman la
situación aliviando el peso de las retenciones, un impuesto que casi
ningún país tiene, porque castiga a los sectores más eficientes y atenta
directamente contra la exportación y la generación de divisas.
En vez de eso, nos enteramos de que el Gobierno ha decretado nuevamente
disponer de recursos de las retenciones a la soja para subsidiar la
harina de trigo, una medida no solo arbitraria sino también probadamente
inútil, ya que la incidencia del precio del trigo en el precio del pan
no alcanza el 15%, según diversos estudios.
Las cadenas de valor de los cuatro principales cultivos del país,
Acsoja, Maizar, ArgenTrigo y Asagir, principal fuente de ingresos del
país con más de USD 41.000 millones ingresados en 2022 según el INDEC,
rechazamos este tipo de medidas, que no hacen más que provocar
transferencias forzosas, distorsiones, falta de transparencia y
resquemores entre los sectores, sin solucionar los problemas de fondo. Rodolfo Rossi, Pte. de ACSOJA; Miguel Cané, Pte. de ARGENTRIGO; Juan Martín Salas, Pte. de ASAGIR y Pedro Vigneau, Pte. de MAIZAR.
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