Realizado desde hace 29 años por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba el balance contempla contextos internacionales y analiza temas económicos, laborales, financieros, empresariales y de orden público entre otros.0
El Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba presentó el Balance de la Economía Argentina (BEA) que, debido a la crisis económica y el año electoral, tendrá sucesivas ediciones por primera vez en su historia y representará un bienio.
Los economistas del IIE señalan que el esfuerzo fiscal para alcanzar cualquier meta fiscal que se redefina deberá ser mayor, justo en un año electoral donde esos esfuerzos no suelen hacerse.
Además, el panorama económico-financiero es de alta incertidumbre, y los problemas para ingresar divisas persisten a pesar de la renegociación de la meta de acumulación de reservas del Banco Central.
Guido Sandleris, ex presidente del Banco Central y asesor estratégico del IIE, estima que la situación actual es muy endeble y que los riesgos de un agravamiento de la crisis con una devaluación desordenada y una llamarada inflacionaria han crecido.
El sector externo, que ha sido muy afectado por la sequía y las restricciones al acceso al dólar, se espera que sufra un nuevo embate. En materia fiscal, el resultado fiscal es el origen de gran parte del resto de las distorsiones. Los datos del primer trimestre del año indican amplias dificultades desde el punto de vista fiscal, con una caída real de los ingresos y un gasto que ajusta en términos reales gracias a la inflación.
En cuanto al empleo y
el mercado laboral, el crecimiento observado en el empleo y la
estabilidad de la tasa de desempleo en el 2022 tuvo por detrás la
creación de empleo de baja calidad y una disminución de los salarios en
términos reales impulsada por la creciente inflación del período.
Durante el año 2022, el BEA examinó diversas variables económicas relevantes, entre las que destaca un crecimiento del PIB del 5,2%. Sin embargo, la actividad económica se contrajo durante el último cuatrimestre debido a un estricto control de importaciones que buscaba mantener un bajo nivel de reservas internacionales.
En cuanto a la inflación, se registró un aumento significativo que casi duplicó su valor anual respecto al del año anterior, y continuó en aumento en los últimos meses.
Otro aspecto clave del año fue el nivel récord de los términos de intercambio, pero se vio contrarrestado por las crecientes restricciones a las importaciones, lo que resultó en un déficit de la cuenta corriente de US$3.800 millones al final del año.
A mediados de 2022 se produjo una crisis en el mercado de deuda local, que generó la renuncia de dos ministros de economía y dio paso a la actual conducción del ministerio por parte de Sergio Massa.
En cuanto a las cuentas públicas, se logró una reducción del déficit como porcentaje del PIB y se cumplieron las metas acordadas con el FMI, gracias a la reducción del gasto primario en un 0,8% del PIB.
El déficit fiscal total, que incluye los intereses de la deuda, fue del 4,2% del PIB debido a la financiación directa del BCRA al Tesoro. El endeudamiento también fue una fuente de financiamiento del déficit, y la deuda bruta de la Administración Central Nacional creció en US$33.330 millones respecto al año anterior, un tercio en dólares y dos tercios en pesos.
Sin embargo, al finalizar el año se comenzaron a percibir dudas sobre el refinanciamiento de la deuda de corto plazo, lo que anticipó las políticas de canje que se implementarían en 2023 para reducir los vencimientos o trasladarlos a períodos posteriores a las elecciones.
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