Descubrieron que para solucionar el déficit hídrico había que invertir, una genialidad que los argentinos no vieron..
El ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense anunció con júbilo este jueves que avanza una prueba piloto de empresarios chinos de la provincia de Fujián “para regar 10 mil hectáreas en el sudoeste” provincial.
Los ensayos se realizarían con un grupo de pequeños productores de las localidades de Carmen de Patagones y Villarino con el fin de realizar “las primeras experiencias tecnológicas de riego en la zona”.
La información que dio a conocer la cartera agropecuaria provincial indica que en los próximos días se redactará el convenio “que asegure los precios de venta con referencias de mercados internacionales y disponibilidad de transferencia”, una cláusula que habrá que mirar con lupa y podría traer cola.
En principio daría la impresión que los chinos realizarán las inversiones siempre que en la letra del acuerdo quede expresamente aclarado que no los abarcará las generales de la ley de permisos de exportación y/o trabas al giro de divisas, pero como el convenio todavía no está redactado habrá que esperar unos diez días.
El titular del MAA, Gustavo Arrieta, informó que los inversores chinos “están dispuestos a realizar una prueba piloto de riego en 10.000 hectáreas para evaluar impacto en el rinde. El objetivo buscado a través de la incorporación de las técnicas de riego en la zona es aumentar los rindes locales deteniendo el sostenido deterioro de suelos y en un futuro promover la agricultura a gran escala”.
La información es clara, la inversión servirá para optimizar el uso del agua que hay en el lugar la que provendrá de los Ríos Colorado y Negro. Es decir que el agua está allí, la tierra también, y solo se invertirá en tecnología, nada más y nada menos, para evitar que la zona se convierta en el desierto que hace ya años se anuncia.
El vaso medio vacío de la noticia es que ni el Estado ni los privados fueron capaces de invertir para lograr un sistema de riego en la zona. Tuvieron que venir los chinos que con el agua y la tierra de acá llevarán alimentos para Fujián, una provincia donde habitan 30 millones de personas.
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