martes, 29 de noviembre de 2011

Sigue la emergencia por la sequía y las cenizas en el sur de la región

Especialistas consignaron que la conjunción de ambos fenómenos naturales son “una combinación fatal”. Aseguran que los productores “quieren rematar la hacienda”..

El director de la Escuela de Veterinaria y Producción Agroindustrial de la Universidad Nacional de Río Negro, Alberto Arzone, aseguró que "sequía más cenizas es la combinación fatal". Según el análisis de expertos, ambas hicieron estragos en la producción agropecuaria de la Patagonia argentina."La sequía que lleva años también hace estragos, pero el productor patagónico sabe lidiar con ella. Sin embargo, es una de las peores y lleva al cansancio; quieren rematar la hacienda", explicó el experto.La erupción del complejo volcánico fisural Cordón Caulle el 4 de junio último desató “una emergencia multifacética”, que significó “un azote para las zonas turísticas precordilleranas”, destacó en un informe.


La erupción del complejo localizado a 40º 32` latitud sur y 72º 7` longitud oeste generó una columna de gases y cenizas que alcanzó 14.000 metros de altura, según estudios del Instituto Nacional de Tecnología Prensa (Inta).La erupción se mantuvo con columnas que oscilaron entre los 5000 y 10.000 metros, para luego estabilizarse de manera relativa en el orden de los 2000.Por la predominancia de vientos del oeste, gran parte de la ceniza, en especial la de los primeros días que fue la más importante en volumen, cayó en territorio argentino. Pero lo peor, dijo Arzone, lo sufrieron los más pobres. “Son los que no pudieron trasladar su hacienda a otros campos como lo hicieron los que tienen mayores recursos".El especialista criticó que a esos productores de recursos limitados "se les quiso comprar, en los inicios de esta catástrofe, todos sus animales a precios paupérrimos y se negaron, pensando que era un fenómeno transitorio, que en un mes se superaría”.


Arzone dijo: “y aquí estamos, observando fotografías con pequeños montículos de ovejas muertas, con la pérdida total del escaso capital que poseían". Esto les pasó "por ejemplo a los productores de los pueblos originarios, a los que no pudieron levantar la hacienda, a quienes no quisieron, a los que desoyeron los consejos. Como siempre, a los menos pudientes y a los que por creer que los iban a engañar, porque les sucedió más de una vez, hoy se quedaron con las manos vacías”, describió. “Hubo propuestas económicas, muchos apoyos gubernamentales a nivel nacional, provincial, municipal ¿Faltaron ideas? ¿Faltó aglutinar voluntades? Fallamos en no ser previsores”, estimó.

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