La erupción del volcán Puyehue puso nuevamente en evidencia los problemas recurrentes de la ganadería ovina en la Patagonia, que desde hace varios años se encuentra en crisis por los efectos de la sequía, los vaivenes en el precio de la lana y un aumento continuo de costos..
La zona de la meseta central de la provincia de Chubut se encuentra hoy en una situación dramática por las consecuencias del volcán, en donde la mezcla del viento, el calor, la sequía y las cenizas aumentó gravemente la mortalidad de animales. El temor de la hacienda perdida, los campos abandonados y el desarraigo se vuelve una realidad en esta zona del país. A esto se le suman las lesiones oculares, respiratorias, digestivas, bucales y cegueras en el ganado ovino.
En la comunidad de Gastre, muchos productores corren el peligro de perder toda la hacienda y saben que el futuro va a ser muy crítico porque en la situación actual de la meseta, la actividad podría entrar en un parate al menos por cuatro años.La situación es igual de difícil en Gan Gan donde murió gran parte de la hacienda. Allí la mayoría de los lanares están tan flacos que caen, sin poder levantarse más y sin posibilidad de ser esquilados. Es por eso, que la ayuda debe concentrarse en los pequeños y medianos productores que perdieron sus animales por los efectos de las cenizas y en asistir con forrajes y comederos a quienes aún posean su majada para que no la pierdan.
La producción ovina es una actividad de vital importancia para la Patagonia, de monocultivo, es decir, que no tiene la posibilidad de realizar una producción alternativa, y donde el valor de la mano de obra es un 20% mayor que en otras zonas del país. “En esta particular zona de la Argentina la producción ovina fomenta el arraigo, impulsando el desarrollo de la región”, explicó Carlos Vila Moret, director de la Sociedad Rural Argentina y presidente de la Asociación Argentina de Criadores de Corriedale y agregó que “si no hay rentabilidad, la oveja se va al frigorífico y atrás de ella parte el ovejero que deja el campo y se asienta en los conurbanos de las ciudades”.
“Es necesario implementar las políticas que vuelvan a permitir el arraigo del productor, y una vida digna para que pueda desarrollarse en lo que sabe hacer”, dijo Vila Moret y recordó que ya se cerraron aproximadamente 400 establecimientos. Por eso, la Sociedad Rural Argentina solicita la combinación de medidas de corto plazo con medidas de largo plazo para enfrentar la difícil situación de muchos productores.
Entre las medidas propuestas, se solicita:
- La eliminación de los derechos de exportación a la lana y a la carne ovina, que se encuentran entre el 5 y el 10% para la lana y en el 5% para la carne.
- La Ley ovina es una herramienta necesaria, que a través de su implementación, demostró ser útil pero es preciso que actualice permanentemente los montos asignados y su promoción para repoblar los campos, que por cuestiones climáticas disminuyeron su majada.
- Trabajar para impulsar convenios de corresponsabilidad gremial que fomente la toma de mano de obra y la regionalidad del sistema.
- Comercialización de la lana: es necesario buscar mecanismos que ayuden a dar previsibilidad a la venta, como pueden ser los mercados a futuros, los warrants y diferentes herramientas que permitan que los productores puedan estar cubiertos en cuanto a precios para evitar la volatilidad de los mercados.
- Fomentar el consumo de carne ovina a través de la tecnología de cortes para poder acceder a la existencia de otro tipo de crianza, como la invernada de ovinos.
Más info: www.sra.org.ar
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