El ministro de Agricultura buscará capitalizar los logros de su gestión y mostrarse como un hombre fuerte en el interior bonaerense. Si logra instalarse, podría secundar a Daniel Scioli en la fórmula del Frente para la Victoria..
El ministro de Agricultura se anotó en la pelea. “Cristina Kirchner a la Nación, Julián Domínguez (foto) a la provincia”, dicen los afiches pegados en las últimas horas en la provincia (y también en la Ciudad de Buenos Aires). El comunicado de su cartera va todavía más allá: habla, con pompas, del “anuncio político más importante del Frente para la Victoria de la semana, de cara a las próximas elecciones”. Y deja planteado el interrogante, como en una publicidad enigmática. Ni la pegatina ni la comunicación oficial precisan hasta dónde pretende llegar Julián Domínguez. “Está dispuesto a ir adonde lo mande la presidenta”, responden cerca del ministro. Pero, en rigor, los colaboradores y el jefe de Agricultura se entusiasman con secundar a Daniel Scioli, con la candidatura a vicegobernador.
La plataforma de lanzamiento será en el Luna Park, el próximo 20 de abril, cuando la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO) le acerque a Cristina Fernández una suerte de plan de gestión agropecuaria para el período 2012-2016. Julián Domínguez confía en que ese marco, con unas 10 mil personas movilizadas (sin la aparente colaboración de los movimientos sociales), refuerce su ambición. CANPO es una agrupación de técnicos, docentes y funcionarios vinculados al sector agropecuario, con una historia meteórica: hace seis meses no eran más que unos cientos.
El comunicado que ordenó emitir Domínguez, en otra apelación al misterio, dice que el estadio repleto de CANPO será “un fuerte respaldo a su candidatura, que muchos analistas estiman que puede ser tanto en el orden provincial como en el orden nacional”. Domínguez es un hombre fuerte en la cuarta sección electoral. Fue intendente de Chacabuco y ocupó diversos cargos en los gobiernos peronistas: ministro de Obras Públicas bonaerense, vicejefe de Gabinete en el gobierno de Eduardo Duhalde, y luego estuvo en el Ministerio de Defensa con José Pampuro. Ahora, el hombre de excelente llegada con Aníbal Fernández quiere explotar su perfil de “hombre del interior” para complementarse con Scioli.
El Luna Park no va a ser la única posibilidad que tendrá el ministro de “caminar la provincia”, tal cual le sugirió unos cuatro meses atrás Cristina Fernández. El gobierno prepara para los próximos meses una agenda cargada con novedades para la economía rural: ley contra la extranjerización de las tierras, ley de arrendamientos, nuevo régimen de comercialización de granos, sistemas de créditos blandos (con un cupo del 30% reservado a las cooperativas), entre otras medidas. Las propuestas le darán a Domínguez buenos centímetros y segundos en los medios de comunicación. Por si fuera poco, como de costumbre, tiene la obligación de girar por los pueblos rurales bonaerenses (y a donde va, siempre algo lleva).
El protagonismo de Julián Domínguez, en parte, es tan impensado como el de CANPO. Asumió en septiembre de 2009 con todo en contra: Néstor Kirchner acababa de perder frente a Francisco de Narváez en Buenos Aires, la Mesa de Enlace desfilaba unida por todas partes con sus “agro-diputados”, y tenía que remplazar a Carlos Cheppi, un técnico reconocido en el mundo agropecuario, que no había conseguido margen para contrarrestar el poder real en ese área del secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
Veinte meses después, su mayor logro es haber conseguido sembrar la cizaña entre los presidentes de las entidades agropecuarias. Nada menos.
Fuente: Tiempo Argentino.
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