La Asociación Argentina Criadores de Shorthorn realizaró el 12º Congreso Mundial Shorthorn en Mar del Plata. Los expertos destacaron las virtudes de esta raza para el cruzamiento y confían en el crecimiento.
Durante dos jornadas (miércoles y jueves pasados), más de 300 productores argentinos y 40 de países como Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Australia, escucharon a varios expertos en mercados de ganados y carnes.
Durante dos jornadas (miércoles y jueves pasados), más de 300 productores argentinos y 40 de países como Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña y Australia, escucharon a varios expertos en mercados de ganados y carnes.
Entre ellos, el coordinador de Ganadería del Consorcio Regional de Experimentación Agropecuaria (Crea), Fernando Canosa, apuntó que la Shorthorn “tiene características distintivas importantes como su calidad, precocidad y las aptitud lechera”. “Con estas cualidades, en lugares donde hay una alta cantidad de sangre de Bos Indicus, la incorporación de sangre Shorthorn puede ayudar a mejorar las características que les falten a esas, que se crían en nuestras zonas subtropicales y semiáridas, adonde se está desplazando la ganadería argentina”, dijo el ingeniero agrónomo.
Por su parte, el jefe de Genética Animal del Inta Castelar, Horacio Guitou, explicó que el Shorthorn posee marcadores genéticos con “una gran posibilidad de aportar características que mejoren la calidad de carne en programas de cruzamiento”. Esos marcadores actúan como inhibidores de los procesos de rigus mortem en el vacuno, asegurando una mayor terneza en la carne que llega a los supermercados y carnicerías. Guitou ponderó que desde la Asociación Argentina de Criadores se esté “trabajando en programas de evaluación de reproductores y tratando de seleccionar para maximizar su uso en programas de cruzamientos. Tienen mucho que aportar a la Argentina y han comenzado un trabajo del cual se van a ver los frutos muy rápidamente”, aseveró el agrónomo del Inta.
Palabra de productor
A la hora de evaluar el Congreso, Germán Mouremble, vicepresidente de la Asociación anfitriona expresó su orgullo por la actualidad y futuro de la raza en Argentina. “El presente se pudo ver en dos imágenes: en la plaqueta que se le entregó a Pedro Ferrero por cumplir 70 años en el remate (de la raza) y muchos más como criador, y en la cantidad de cabañas que están empezando en la cría de Shorthorn”. “El futuro se ve en el progreso técnico que está teniendo la raza con el uso de herramientas modernas como los DEPs, los marcadores genéticos, las ecografías y el ultrasonido”, describió Mouremble, con cabaña en la ciudad bonaerense de 9 de Julio.
En Argentina existen 70 criadores de Shorthorn ubicados en las provincias (por orden de cantidad) de Buenos Aires, La Pampa, Entre Ríos, Corrientes y en la Patagonia. El país es uno de los principales países productores de la raza, junto a Estados Unidos. En la región, el Shorthorn también está experimentando un crecimiento, especialmente en Uruguay. “Es una raza que hace 150 años está presente en Uruguay, con una aclimatación total al país, que tuvo un auge importante hace 40 años y que ahora está regresando como raza importante para todo tipo de cruzamiento”, describió Mario Damboriarena, presidente de la Asociación Shorthorn en esa nación. El ganadero uruguayo aseguró que la misma situación se está dando en Canadá y Australia. “Es la raza madre porque posee todas las virtudes que los productores quieren tener”, agregó Damboriarena.
Sobre Brasil, Jean Pierre Martins Machado, vicepresidente de la Asociación Brasileña de Criadores de Shorthorn, comentó que la raza “está estable” pero manifestó su convencimiento de que “va a mejorar porque está creciendo mucho en la región”.
Martins reconoció que su asociación “tiene poco poder de marketing” para posicionar la raza, pero que está aumentando la demanda de reproductores para cruzas.
Raza emblemática
El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, estuvo en el cierre del Congreso “de la raza emblemática, que fue de avanzada en Argentina”, en recuerdo que lo que fue en 1823 la primera importación en el país de un toro de raza británica, el famoso Tarquino. “La calidad de la carne argentina, reconocida en todo el mundo se debe en gran parte a aquella primera importación”, consideró Miguens.
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