martes, 6 de noviembre de 2018

Alerta entre mandos medios y directivos de la industria aceitera y biodiesel por irregularidades en manejo de residuos industriales

Las empresas que gestionan, transportan y disponen finalmente los residuos, en muchos casos no cumplen con las normativas vigentes, colocando a las generadoras y sus empleados en situación de vulnerabilidad ante la ley.
Postal diaria de camiones volcando en campos de Ricardone.
La problemática de los residuos industriales no peligrosos, que en nuestra región representan el mayor volumen, viene complejizándose año tras año, motivado por la falta de control estatal que permiten la proliferación de empresas poco “serias”; que gestionen, transporten y/o dispongan finalmente residuos en lugares poco sustentables ambientalmente, exponiendo a serias consecuencias legales a las empresas generadoras, como así también a sus directivos y empleados.
En el Cordón Industrial las denuncias por volcamientos ilegales de residuos líquidos en campos, cunetas y cursos de agua, se multiplican años tras año y son en muchos casos las propias empresas de transporte que trabajan contratadas por las industrias generadoras las que vierten los residuos recolectados sin ser entregados en los tratadores habilitados. Este modus operandis es viable dado –como ya se dijo- los laxos controles que la Secretaria de Media Ambiente provincial lleva adelante.-
Una de las situaciones más graves se produjo hace poco tiempo, cuando una empresa tratadora de residuos no peligros instaló en una zona rural improvisadas piletas en la localidad de Luis Palacios, comenzando a recibir residuos líquidos de empresas de la región, colapsando sus instalaciones a los pocos meses, dejando un gigantesco pasivo ambiental en el pueblo, que se encuentra en estos momentos en pleno proceso legal, pudiendo -en algún caso y por una auditoría ambiental- ser las propias generadoras de los residuos las que deban hacer frente a la reparación del daño
ocasionado.
La preocupación se extiende entre los empleados y directivos de empresas aceiteras y de biocombustible -por las responsabilidades legales que recaigan sobre sus personas- que en muchos casos presionados por las bajas de costos, terminan contratando empresas que no garantizan la trazabilidad del residuo y no cumplen con las reglamentaciones ambientales
vigentes.

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