martes, 9 de octubre de 2018

Aceiteras de soja a pérdida vs. Agroexportadoras de granos con ganancias millonarias



Las variables del comercio internacional hace que la producción aceitera para su exportación retroceda varios pasos respecto al que embarca granos sin valor agregado.




La producción de aceite de soja, industria paradigma del presente del Cordón Industrial, está atravesando una difícil situación financiera. Aunque parezca mentira, así sucede. Y las razones no son simples de comprender.
Los especialistas apuntan a que la “guerra comercial” desatada por el presidente norteamericano contra China, y las respuestas no menos contundentes de los dirigente de la nación comunista, acabó por generar, en estas tierras, un beneficio sustancial a las compañías argentinas exportadoras de grano soja, pero a la vez, provocó un daño considerable a las industrias aceiteras.
La brecha de valores FOB entre la soja cotizada en Rosario (Argentina) versus la del Golfo de México (EE.UU.) supera actualmente los 75 dólares por tonelada debido al arancel del 25% aplicado por el gobierno chino como represalia por las barreras proteccionistas implementadas por Donald Trump contra el país asiático, a comienzos del julio.
Por ese motivo, el FAS teórico de las empresas que se dedican solo a exportar grano sin procesar, como es el caso de ADM (ex Toepper), supera los 272 dólares por tonelada, según lo demuestra la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Por el contrario, el FAS teórico actual de la industria aceitera orilla los 245 dólares, también por tonelada.


Las compañías que exportan soja sin valor agregado, tienen muchos menos empleados y hoy ganan más dinero.

Si bien el valor de mercado de la soja disponible en Rosario se ubica entre ambas puntas, cotizando en 265 dólares, igual la situación sigue siendo un gran negocio para los exportadores, y todo lo contrario para aquellos que decidieron incorporar un valor agregado a la materia prima nacional.
Tal contradictoria situación se explica porque el nivel récord del diferencial FOB entre el poroto argentino y el estadounidense no se trasladó a los valores de la harina y al aceite de soja debido a que China, precisamente, importa soja para elaborar ambos productos en su propio territorio. Aunque anunció recientemente la adquisición de aceite argentino, el volumen no es lo suficiente como para compensar tales pérdidas.
Además, el cronograma progresivo de eliminación del diferencial de derecho de exportación restó capacidad de compra a la industria aceitera, a lo que se suma la escasa disponibilidad de mercadería producto de la magra cosecha 2017/2018 motivada por la sequía. Ello hace que el poder de compra de las industrias oleaginosas, se reduzca notoriamente. Y si a esto se suma el bloque de Europa para la colocación de biodiesel, el panorama se completa de complicado a difícil.


Las aceiteras y un difícil panorama: a la dificultad para disponer de materia prima se agrega la baja rentabilidad.

Los especialistas destacaron que durante el último mes, al considerar la diferencia entre el FAS teórico de la Secretaría de Agroindustria de la Nación y el FAS promedio Matba para la soja en Rosario, la industria aceitera debe negociar con un valor 6,7% inferior al primero (FAS teórico), que el pasado 21 de septiembre llegó a una brecha de hasta 10,4%.
Cabe recordar que entre San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbúes se concentran las principales industrias oleaginosas del país, y si bien nadie se atreve a presagiar lo que pueda suceder en lo que resta del año y en buena parte de 2019, tampoco hay indicios para practicar algún tipo de ajuste, menos aún, entre el personal. Solamente esta industria (producción de aceite de soja y derivados) genera, para la región, no menos de 5 mil puestos de empleo directo.
Fuente: valorsoja.

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